Donald Trump, antiguo icono de la Casa Blanca, ha insinuado recientemente que podría apoyar la despenalización del cannabis. Esto supone un cambio significativo con respecto a su anterior postura política, a menudo rígida, sobre las drogas.
Un inesperado cambio de perspectiva
En una rueda de prensa celebrada en Mar-a-Lago, Donald Trump sorprendió a muchos al expresar una creciente apertura hacia la legalización de la marihuana recreativa. «A medida que legalizamos el cannabis, empiezo a estar cada vez más de acuerdo, porque ya saben, se legaliza en todo el país», dijo. También subrayó la incoherencia de encarcelar a personas por delitos relacionados con el cannabis a medida que la sustancia se va legalizando.
Las razones de este giro
El cambio en la postura de Trump refleja un reconocimiento de los cambios en la legislación sobre el cannabis en EE.UU. , ya que Biden y su administración reclasificaron el cannabis como una droga menos peligrosa. Muchos estados ya han tomado medidas para legalizar o despenalizar la sustancia. Esta tendencia generalizada parece haber influido en el ex presidente, que en su día adoptó una postura decididamente dura contra el narcotráfico.
La importancia específica de Florida
Trump mencionó que pronto se pronunciaría sobre las propuestas de legalización en Florida. El 3 de noviembre, los votantes de Florida decidirán sobre la Enmienda 3, que busca legalizar la posesión y compra de hasta tres onzas de cannabis para adultos, así como cinco gramos de concentrados de cannabis. A pesar de la oposición del gobernador Ron DeSantis, las encuestas sugieren que la propuesta podría obtener el 60% de apoyo necesario para su aprobación.
Diferencias en el seno del Partido Republicano
El posible giro de Trump hacia un enfoque más suave contrasta con la firmeza mostrada por algunos otros miembros destacados del partido republicano, como Ron DeSantis. Este último criticó la propuesta por la alta concentración de THC en el cannabis moderno y su posible impacto en la salud pública.
DeSantis denunció la Enmienda 3 en un desayuno de trabajo en la convención del Partido Republicano, alegando que concedía «un derecho constitucional ilimitado a poseer y fumar». Sus preocupaciones se centraron en los posibles peligros para la salud del aumento del consumo de cannabis en altas dosis.
El papel estratégico de Trump
Esta nueva postura también podría servir a las ambiciones estratégicas de Trump a la hora de plantearse su candidatura a las próximas elecciones presidenciales. Al adoptar una postura más progresista sobre el cannabis, Trump podría atraer a un sector del electorado republicano que aún está indeciso, sin alienar por completo a su base conservadora.
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